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Una biblioteca es memoria, diálogo y luz, un estímulo constante para ejercer la pura alegría de leer. Emilio Lledó.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Concurso de cuentos de Navidad.

CUENTO GANADOR 



NAVIDAD EN LA ISLA DE PASCUA
Érase una vez una pequeña aldea de un lugar muy lejano llamado “Isla de Pascua”, en la Polinesia, donde nunca habían conocido la Navidad. En este lugar tan remoto vivía una pequeña tribu que se dedicaba a cultivar sus tierras, cazar y pescar todo lo necesario para sobrevivir. Eran muy felices con su forma de vida.
Un buen día apareció un desconocido y quedó sorprendido con la manera de vivir de esta tribu. Fue aceptado y decidió convivir durante un buen tiempo con ellos.
Cuando se acercaba la fecha de Nochebuena, este forastero llamado Charles, se dio cuenta de que allí no conocían el espíritu de la Navidad y no celebraban el nacimiento del niño Jesús. Así que reunió a todo el poblado en torno a una hoguera en el centro de la aldea y narró toda la historia del nacimiento de Jesús explicando a su vez, cómo lo celebraban en los distintos lugares del mundo. Todos quedaron encantados con aquel relato y decidieron, por primera vez, celebrar aquel acontecimiento.
Así que en la víspera de Nochebuena prepararon comida, bebida, música y adornaron el lugar de manera que estuviese todo listo para la celebración. Cuando llegó la hora todo estaba precioso con aquellas luces, adornos, música… Todo lo celebraban comiendo y bebiendo; y los más pequeños, en torno a un Portal de Belén que Charles había improvisado. Le cantaban sus canciones a la pequeña figurita de representaba a Jesús.
Aquella noche, los habitantes de la tribu, al mirar al cielo, se dieron cuenta de que estaba completamente lleno de brillantes estrellas; y que la luna parecía sonreír al ver aquella pequeña aldea divirtiéndose como nunca lo habían hecho.
Y desde ese año, todos esperan ansiosos la llegada del 24 de diciembre para celebrar la gran fiesta.
Marta Estrada Ruiz 2ºB



ÁCCESIT

LA TIENDA DE LA FELICIDAD

Este año la Navidad era muy diferente a cualquier otra. El papá de María estaba muy triste ya que llevaba muchos meses sin poder trabajar. Él siempre estaba de mal humor, no aceptaba ninguna broma y no le hablaba bien a su mamá.

María se sentía muy triste. No le gustaba que en su casa reinara la tristeza. Pocos días antes de Navidad, María le dijo a su mamá que quería decorar la casa, pues aunque la felicidad había desaparecido, ella se negaba a no celebrar una fiesta tan especial, donde reinaban la paz y el amor.

María y su madre decidieron sacar los adornos para decorar la casa entre risas, humor y alegría. Hasta que, de pronto, apareció su padre por la puerta, y al ver que María y su madre eran tan felices, pensó que él ya no pintaba nada allí. No lo necesitaban, siempre de mal humor..

Por un instante se planteó abandonar a su familia, pero lo pensó mejor y fue hacia una tienda de juguetes, seguro que podrían estar necesitando gente para estas fechas. Se acercó a una tienda que llevaba muchos años allí, desde que él era pequeño. Cada año los juguetes eran más impresionantes, seguro que allí solo iba gente de buena posición. Sin pensarlo dos veces entró, la tienda era aún más grande de lo que pensaba. Todo era alucinante, los juguetes eran muy bonitos, había mecanismos que no había visto anunciar nunca.

De repente, una voz se escuchó justo detrás de él, “¿qué desea?”. El hombre se giró asustado y encontró a una mujer mayor tras el mostrador enorme y de madera muy vieja. El papá de María, tembloroso, preguntó que si tenían trabajo para él. La señora le contestó que sí, que podía empezar en ese mismo momento, pues su marido estaba muy ocupado en la fábrica de juguetes y no podía atender la tienda.

Muy contento, empezó con su tarea: ordenar cosas, poner precios, atender a los clientes...

Cuando llegó la hora de marcharse a casa, decidió irse por la calle de las tiendas para mirar regalos para su familia. Había pensado un bonito collar para su esposa y un vestido de princesa para María. Justo cuando miraba un escaparate, una voz le sorprendió: “Por favor, ¿puede ayudarme? No tengo dinero, llevo mucho tiempo sin trabajar y no podré celebrar las Navidades con mis dos hijas”. El papá de María lo miró y de pronto, se le ocurrió una idea: “ En la tienda donde trabajo hay mucha faena, seguro que la dueña puede contratarlo!”.

Aquella noche llegó a casa muy feliz, tenía regalos para su familia, tenía trabajo y además podía ayudar a una persona y podía hacer que otra familia fuera feliz.

El día anterior a la Nochebuena, la dueña de la tienda llamó a sus trabajadores y les dijo que lo sentía, pero que después de Navidad habría menos trabajo y tendría que despedirlos. El hombre perdió su sonrisa, otra vez se sentía triste por no tener trabajo. Muy desilusionado volvió a casa, donde lo esperaban su mujer e hija deseando abrazarlo, como en las noches anteriores. Pero él no saludó a nadie, de muy mal humor se fue directo a la cama.

Al día siguiente, su último día de trabajo, todo le salía mal, se le olvidaban las cosas y eso hacía que estuviera de peor humor. Cuando acabó el día, la dueña de la tienda les entregó un sobre con dinero y le dijo al compañero del papá de María que iba a recomendarlo para otro trabajo.
Había sido un día horrible, porque encima a él no lo habían recomendado para ningún trabajo. La mujer lo miró y le dijo que para él tenía otro sitio, pero llevaba todo el día malhumorado,no había hecho nada bien y lo peor, no había tratado bien a los clientes. Aún así decidió darle una oportunidad: “si cuando llegues a casa no te portas bien con tu familia... no habrá nada para ti”.

El hombre decidió pasar bien la Nochebuena por el bien de su familia, quería que ese día fuesen todos felices.

A la mañana siguiente, en el árbol había un sobre para él con una nota que decía: “Has hecho feliz a tu familia, simplemente teniendo una buena actitud, por ello mi mujer quiere que vayas a trabajar a la fábrica de juguetes de mis amigos Los Reyes Magos. Debes portarte siempre con tu familia como lo has hecho esta noche, y así las cosas te irán mejor. Un saludo, Papa Noel.”.
Así lo hizo y comprendió que si él estaba feliz y sin mal humor, todo a su alrededor sería felicidad para él y su familia.
Elena Luque Doblas 1º A

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