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Una biblioteca es memoria, diálogo y luz, un estímulo constante para ejercer la pura alegría de leer. Emilio Lledó.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Don Jardín


Don Jardín era un señor que amaba mucho la naturaleza. Vivía en una ciudad. Cada tarde, en cuanto sonaba la sirena de la fábrica en la que trabajaba, montaba en su bicicleta y corría hasta el bosque. Como la fábrica echaba tanto humo, él aguantaba la respiración durante las horas de trabajo lo más que podía. Solía aguantar la respiración desde las nueve de la mañana, al entrar en la fábrica, hasta las cinco de la tarde, en que le empezaban ya a dar mareos y a nublársele la vista. La salida era a las seis. Cada tarde, al irse a respirar al bosque, donde hacía ejercicios respiratorios para llenarse de aire limpio para todo el día siguiente, se llevaba su cantimplora. Abría su cantimplora, la ponía boca abajo, le daba unos golpecitos en el fondo para que saliese el aire de la ciudad y la llenaba de aire puro, corriendo a través del bosque para que le entrase el aire a fondo. La cerraba y se iba para casa. Y a la tarde siguiente, hacia las cinco, al sentir los primeros síntomas de asfixia, abría su cantimplora y se bebía el aire del bosque. Con eso tiraba hasta las seis.

Cuando llevaba bastantes años respirando un aire tan puro todas las tardes de seis a nueve, notó como cosquillas dentro del pecho. Como estaba tan preocupado con las cosas respiratorias se fue enseguida al médico, que le miró por rayos X. El médico le miró largo rato, lanzó varias exclamaciones de asombro, se restregó los ojos, miró todos los mandos del aparato de rayos X por si había algún cruce con la televisión, y al final le dijo: “Tiene usted los pulmones más sanos que he visto en mi vida. Están llenos de aire purísimo. Tiene usted dentro el rincón menos contaminado de toda la ciudad”. “¿Y las cosquillas que siento, doctor?” El doctor guardó silencio un rato y al fin dijo: “Entrando en los pulmones a mano izquierda le ha nacido a usted una amapola”.

“Las fantásticas aventuras del caballito gordo”

J. Antonio del Cañizo


ACTIVIDADES

1) ¿Dónde trabajaba D. Jardín? ¿Cuál era su horario?

2) ¿Con qué estaba obsesionado Don Jardín?

3) ¿Por qué fue al médico?

4) Resume brevemente el texto.

5) Señala en el texto la estructura: planteamiento, nudo y desenlace.

6) ¿A qué tipología textual pertenece este texto? Razona tu respuesta.

7) ¿Se trata de un texto real o fantástico? ¿Por qué?



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