CUENTO GANADOR
NAVIDAD EN LA ISLA DE PASCUA
Érase una vez una pequeña
aldea de un lugar muy lejano llamado “Isla de Pascua”, en la
Polinesia, donde nunca habían conocido la Navidad. En este lugar tan
remoto vivía una pequeña tribu que se dedicaba a cultivar sus
tierras, cazar y pescar todo lo necesario para sobrevivir. Eran muy
felices con su forma de vida.
Un buen día apareció un
desconocido y quedó sorprendido con la manera de vivir de esta
tribu. Fue aceptado y decidió convivir durante un buen tiempo con
ellos.
Cuando se acercaba la fecha de
Nochebuena, este forastero llamado Charles, se dio cuenta de que allí
no conocían el espíritu de la Navidad y no celebraban el nacimiento
del niño Jesús. Así que reunió a todo el poblado en torno a una
hoguera en el centro de la aldea y narró toda la historia del
nacimiento de Jesús explicando a su vez, cómo lo celebraban en los
distintos lugares del mundo. Todos quedaron encantados con aquel
relato y decidieron, por primera vez, celebrar aquel acontecimiento.
Así que en la víspera de
Nochebuena prepararon comida, bebida, música y adornaron el lugar de
manera que estuviese todo listo para la celebración. Cuando llegó
la hora todo estaba precioso con aquellas luces, adornos, música…
Todo lo celebraban comiendo y bebiendo; y los más pequeños, en
torno a un Portal de Belén que Charles había improvisado. Le
cantaban sus canciones a la pequeña figurita de representaba a
Jesús.
Aquella noche, los habitantes
de la tribu, al mirar al cielo, se dieron cuenta de que estaba
completamente lleno de brillantes estrellas; y que la luna parecía
sonreír al ver aquella pequeña aldea divirtiéndose como nunca lo
habían hecho.
Y desde ese año, todos
esperan ansiosos la llegada del 24 de diciembre para celebrar la gran
fiesta.
Marta Estrada Ruiz 2ºB
ÁCCESIT
LA
TIENDA DE LA FELICIDAD
Este
año la Navidad era muy diferente a cualquier otra. El papá de María
estaba muy triste ya que llevaba muchos meses sin poder trabajar. Él
siempre estaba de mal humor, no aceptaba ninguna broma y no le
hablaba bien a su mamá.
María
se sentía muy triste. No le gustaba que en su casa reinara la
tristeza. Pocos días antes de Navidad, María le dijo a su mamá que
quería decorar la casa, pues aunque la felicidad había
desaparecido, ella se negaba a no celebrar una fiesta tan especial,
donde reinaban la paz y el amor.
María
y su madre decidieron sacar los adornos para decorar la casa entre
risas, humor y alegría. Hasta que, de pronto, apareció su padre por
la puerta, y al ver que María y su madre eran tan felices, pensó
que él ya no pintaba nada allí. No lo necesitaban, siempre de mal
humor..
Por
un instante se planteó abandonar a su familia, pero lo pensó mejor
y fue hacia una tienda de juguetes, seguro que podrían estar
necesitando gente para estas fechas. Se acercó a una tienda que
llevaba muchos años allí, desde que él era pequeño. Cada año los
juguetes eran más impresionantes, seguro que allí solo iba gente de
buena posición. Sin pensarlo dos veces entró, la tienda era aún
más grande de lo que pensaba. Todo era alucinante, los juguetes eran
muy bonitos, había mecanismos que no había visto anunciar nunca.
De
repente, una voz se escuchó justo detrás de él, “¿qué desea?”.
El hombre se giró asustado y encontró a una mujer mayor tras el
mostrador enorme y de madera muy vieja. El papá de María,
tembloroso, preguntó que si tenían trabajo para él. La señora le
contestó que sí, que podía empezar en ese mismo momento, pues su
marido estaba muy ocupado en la fábrica de juguetes y no podía
atender la tienda.
Muy
contento, empezó con su tarea: ordenar cosas, poner precios, atender
a los clientes...
Cuando
llegó la hora de marcharse a casa, decidió irse por la calle de las
tiendas para mirar regalos para su familia. Había pensado un bonito
collar para su esposa y un vestido de princesa para María. Justo
cuando miraba un escaparate, una voz le sorprendió: “Por favor,
¿puede ayudarme? No tengo dinero, llevo mucho tiempo sin trabajar y
no podré celebrar las Navidades con mis dos hijas”. El papá de
María lo miró y de pronto, se le ocurrió una idea: “ En la
tienda donde trabajo hay mucha faena, seguro que la dueña puede
contratarlo!”.
Aquella
noche llegó a casa muy feliz, tenía regalos para su familia, tenía
trabajo y además podía ayudar a una persona y podía hacer que otra
familia fuera feliz.
El
día anterior a la Nochebuena, la dueña de la tienda llamó a sus
trabajadores y les dijo que lo sentía, pero que después de Navidad
habría menos trabajo y tendría que despedirlos. El hombre perdió
su sonrisa, otra vez se sentía triste por no tener trabajo. Muy
desilusionado volvió a casa, donde lo esperaban su mujer e hija
deseando abrazarlo, como en las noches anteriores. Pero él no
saludó a nadie, de muy mal humor se fue directo a la cama.
Al
día siguiente, su último día de trabajo, todo le salía mal, se le
olvidaban las cosas y eso hacía que estuviera de peor humor. Cuando
acabó el día, la dueña de la tienda les entregó un sobre con
dinero y le dijo al compañero del papá de María que iba a
recomendarlo para otro trabajo.
Había
sido un día horrible, porque encima a él no lo habían recomendado
para ningún trabajo. La mujer lo miró y le dijo que para él tenía
otro sitio, pero llevaba todo el día malhumorado,no había hecho
nada bien y lo peor, no había tratado bien a los clientes. Aún así
decidió darle una oportunidad: “si cuando llegues a casa no te
portas bien con tu familia... no habrá nada para ti”.
El
hombre decidió pasar bien la Nochebuena por el bien de su familia,
quería que ese día fuesen todos felices.
A
la mañana siguiente, en el árbol había un sobre para él con una
nota que decía: “Has hecho feliz a tu familia, simplemente
teniendo una buena actitud, por ello mi mujer quiere que vayas a
trabajar a la fábrica de juguetes de mis amigos Los Reyes Magos.
Debes portarte siempre con tu familia como lo has hecho esta noche, y
así las cosas te irán mejor. Un saludo, Papa Noel.”.
Así
lo hizo y comprendió que si él estaba feliz y sin mal humor, todo a
su alrededor sería felicidad para él y su familia.
Elena
Luque Doblas 1º A
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