El Día Mundial contra el Cáncer se celebra cada 4 de febrero. El cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo; en 2008 causó 7,6 millones de defunciones (aproximadamente un 13% del
total).
Cada 4 de febrero, la OMS apoya a la Unión Internacional contra el
Cáncer y promueve medios para aliviar la carga mundial de la enfermedad.
La prevención del cáncer y el aumento de la calidad de vida de los
enfermos son temas recurrentes.
Roberto Bolaño dijo que Literatura + Enfermedad = Enfermedad.
Sin embargo, quienes han mirado directamente a los ojos del cáncer, a
los ojos de la cicatriz, a los terribles ojos de la incertidumbre...,
saben que Literatura + Enfermedad sólo puede ser igual a Esperanza. Con este espíritu surge 444, proyecto sin temor de El Gaviero Ediciones.
444 es una publicación no venal, iniciativa de El Gaviero Ediciones con la que la editorial almeriense quiere sumarse al Día Mundial contra el Cáncer. Cuatro poetas como Maite Dono, Julio Fuertes, Luna Miguel y Alejandra Vanessa ofrecen su voz para combatir con la palabra poética el miedo a nombrar la enfermedad.
Si la cultura grecolatina transmitió a las religiones actuales la creencia en el poder curativo de la palabra, El Gaviero se contenta con una poesía que no se esconda a la vida.
Células rebeldes versus poesía
El mundo piensa en mí y en esas otras células de cáncer
que le besan la vida.
David Meza, El sueño de Visnu
De nuestro afecto por la proliferación de la materia nacen dos patologías: la ciudad y el cáncer. Ambas tienen que ver con el miedo a morir.
Estíbaliz Espinosa, papel a punto de
Mi moral es liviana como las raíces de mis algas. Es un pez espada que parte los brazos de mis pescadores y las lianas del mar. Es un cáncer que se esconde en la moraleja del cuento que voy a contarte...
Pedro Casariego Córdoba, Qué más da
Igual que el sueño, vuelve
la tarde a ser carne apagada,
cáncer en las paredes de la
luz.
Ana Gorría, Araña
Cada cual acarrea
su radiografía bajo el brazo.
Su cuota de cáncer, su abandono,
su ojo de cristal o su guante ortopédico.
Que nos aspen si eso no nos remueve algo dentro.
Harkaitz Cano, Alguien anda en la escalera de incendios
Pesa vivir en un planeta redondo
Pesa pertenecer a un mundo con estrías
Pesa la peluca que disimula el cáncer
Pesa la belleza
Pesa el milagro, el aburrimiento
Lo sagrado y lo profano
De todas todas, pesa el ser
Maite Dono, Sobras
El poeta se estaba muriendo:
el cáncer refulgía por su cuerpo
y lo tenía dando vueltas en cama para matar las
llamas.
Aún así, cuando el teniente irrumpió en el piso de
arriba,
Neruda se encaró y le dijo
–Aquí sólo hay un peligro para usted: poesía.
Martín Espada, Soldados en el jardín
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