DECÁLOGO PARA CRECER EN LA PAZ
2. Valora a tus amigos. Les dará seguridad.
3. Descubre todo lo que te une a los demás por encima de lo que te separa.
4. Respeta las opiniones. Así contribuirás al diálogo.
5. Aprende a escuchar, comprenderás mejor a los demás.
6. Esfuérzate por terminar bien tus tareas. Disfrutarás con el resultado.
7. Cumple con tus responsabilidades, los demás lo necesitan.
8. Trabaja en grupo. Nadie sabe más que todos juntos.
9. Comparte tus cosas con los demás. Te hará muy feliz.
10. Pon paz dentro de ti, de esta forma estarás poniendo también paz a tu alrededor.
1. Respetar todas las vidas
Respetar la vida y la dignidad de cada persona, sin discriminación ni prejuicios.
2. Rechazar la violencia
Practicar la no-violencia activa, rechazando la violencia en todas sus formas:
física, sexual, psicológica, económica y social, en particular hacia los más débiles y vulnerables, como los niños y adolescentes.
3. Liberar mi generosidad
Compartir mi tiempo y mis recursos materiales cultivando la generosidad a fin de terminar con la exclusión, la injusticia y la opresión política y económica.
4. Escuchar para comprender
Defender la libertad de expresión y la diversidad cultural privilegiando siempre la escucha y el diálogo, sin ceder al fanatismo, ni a la maledicencia y el rechazo del prójimo.
5. Preservar el planeta
Promover un consumo responsable y un modo de desarrollo que tenga en cuenta la importancia de todas las formas de vida y el equilibrio de todos los recursos naturales del planeta.
6. Reinventar la solidaridad
Contribuir al desarrollo, de mi comunidad, propiciando la plena participación de las mujeres y el respeto de los principios democráticos, con el fin de crear juntos nuevas formas de solidaridad.
CITAS CÉLEBRES SOBRE LA PAZ
"Creo que la salvación de la Humanidad se halla en los principios de la No-violencia".
(XIV Dalai Lama)
"La violencia crea más problemas sociales de los que resuelve y, por tanto, no conduce nunca a una paz permanente".
(Martin Luther King)
"Hemos sido creados para la paz y no para la guerra. Nuestra vida debe ser un esfuerzo constante para conseguir la paz..."
(Juan XXIII)
"Sólo tres letras
Solo tres letras, tres letras nada más,
solo tres letras que para siempre aprenderás.
Sólo tres letras para escribir PAZ". (Gloria Fuertes)
LECTURAS
Nadie está solo
José Agustín Goytisolo
|
En
este mismo instante
hay
un hombre que sufre,
un
hombre torturado
tan
sólo por amar
la
libertad. Ignoro
dónde
vive, qué lengua
habla,
de qué color
tiene
la piel, cómo
se
llama, pero
en
este mismo instante,
cuando
tus ojos leen
mi
pequeño poema,
ese
hombre existe, grita,
se
puede oír su llanto
de
animal acosado,
mientras
muerde sus labios
para
no denunciar
a
los amigos. ¿Oyes?
Un
hombre solo
grita
maniatado, existe
en
algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No
sientes, como yo,
el
dolor de su cuerpo
repetido
en el tuyo?
¿No
te mana la sangre
bajo
los golpes ciegos?
Nadie
está solo. Ahora,
en
este mismo instante,
también
a ti y a mí
nos
tienen maniatados.
|
La palabra paz
Víctor Heredia
|
Cuántas
veces de mañana
salgo
a caminar al campo
y
el silbido del arriero
te
nombra.
Que
haya paz en la Tierra,
reza
una vieja oración,
y
yo me pregunto y pregunto
pero
no me dan razón.
Es
por eso, viejo amigo,
que
un sólo favor te pido:
alza
tu sangre esta noche
ven
conmigo, ven conmigo.
Y
ayuda a encontrar respuesta
a
la paz que se ha perdido,
a
la paz que se ha perdido
en
el mundo de los hombres
como
un niño sin saber.
Y
cada madre que pase,
con
un hijo en las entrañas,
sabrá
que la paz del mundo
es
un viento que acaricia
y
que crece en el amor.
Ven
conmigo, ven conmigo.
Y
por cada hombre que nazca
cada
soldado que vuelva,
la
sonrisa de una novia,
la
alegría de una madre,
en
tu pecho cantará.
Ven
conmigo, ven conmigo, ven conmigo.
|
Pido la paz y la palabra
Blas de Otero
|
Aquí
tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel
que amó, vivió, murió por dentro
y
un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió:
y rompió todos sus versos.
Así
es, así fue. Salió una noche
echando
espuma por los ojos, ebrio
de
amor, huyendo sin saber adónde:
a
donde el aire no apestase a muerto.
Tiendas
de paz, brizados pabellones,
eran
sus brazos, como llama al viento;
olas
de sangre contra el pecho, enormes
olas
de odio, ved, por todo el cuerpo.
¡Aquí!
¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en
vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles
peces de metal recorren
las
espaldas del mar, de puerto a puerto.
Yo
doy todos mis versos por un hombre
en
paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi
última voluntad. Bilbao, a once
de
abril, cincuenta y tantos.
|
Tenéis que oírme
Pablo Neruda
|
Yo
fui cantando errante,
entre
las uvas
de
Europa
y
bajo el viento,
bajo
el viento en el Asia.
Lo
mejor de las vidas
y
la vida,
la
dulzura terrestre,
la
paz pura,
fui
recogiendo, errante,
recogiendo.
Lo
mejor de una tierra
y
otra tierra
yo
levanté en mi boca
con
mi canto:
la
libertad del viento,
la
paz entre las uvas.
Parecían
los hombres
enemigos,
pero
la misma noche
los
cubría
y
era una sola claridad
la
que los despertaba:
la
claridad del mundo.
Yo
entré en las casas cuando
comían
en la mesa,
venían
de las fábricas,
reían
o lloraban.
Todos
eran iguales.
Todos
tenían ojos
hacia
la luz, buscaban
los
caminos.
Todos
tenían boca,
cantaban
hacia
la primavera.
Todos.
Por
eso
yo
busqué entre las uvas
y
el viento
lo
mejor de los hombres.
Ahora
tenéis que oírme.
|
La muerte del niño herido
Antonio Machado (Poesías de la guerra) |
Otra
vez es la noche... Es el martillo
de
la fiebre en las sienes bien vendadas
del
niño. -Madre, ¡el pájaro amarillo!
¡Las
mariposas negras y moradas!
-Duerme,
hijo mío. Y la manita oprime
la
madre junto al lecho. -¡Oh, flor de fuego!
¿Quién
ha de helarte, flor de sangre, dime?
Hay
en la pobre alcoba olor de espliego:
fuera
la oronda luna que blanquea
cúpula
y torre a la ciudad sombría.
Invisible
avión moscardonea.
-¿Duermes,
oh dulce flor de sangre mía?
El
cristal del balcón repiquetea.
-¡Oh,
fría, fría, fría, fría, fría!
|
Que se callen los cañones
Lupércio Mundim |
Que
se callen los cañones,
que
dispensen los soldados,
porque
las batallas son ilusiones
que
sólo producen derrotados.
Que
la paz siempre predomine
sobre
la guerra y la violencia,
que
el hombre nunca olvide
donde
lleva su impertinencia.
Que
los niños puedan jugar
con
sus alegrías en sintonía,
que
los adultos puedan brindar
a
un futuro pleno de armonía.
Que
las armas sean destruidas
porque
sólo causan muerte y sufrimiento,
que
nuevas alianzas sean tejidas
porque
de la extinción no hay arrepentimiento.
|
Guerra ante mis ojos
Elvira Font |
Imágenes
descoloridas
hiriendo
los ojos.
Son
escombros de bombardeos.
Estampas
de lluvia silenciosa,
ríos
de gente buscan la meta.
Historias
carcomidas,
mercado
negro.
Mundo
de noche,
duermen
con los pies enlazados,
estos
hombres castigados.
Lunas
tras sus ventanas rotas.
Muerte
vivida y sentida,
gritos
apagados, melodías oscuras.
Serbia
lejana
próxima
y maltratada.
|
El nudo
Teodoro Venegas |
A
veces. Uno quisiera hacerse un nudo
a
lo largo del esqueleto único
en
la parte más larga, más muda, más blanca,
aquella
que se enredó trágicamente
en
los cuernos de las Obras!
Y,
no puede. ¡No alcanza!
Hácese
un nudo. Uno sólo.
Mientras
Ellos disparan, rugen, miente, afanan, sudan, luchan, matan.
Negocios,
Guerras, Sombras, Negocios, Guerras, Bombas.
Bombas,
Bombas, Bombas.
Un
solo negocio, grande.
Una
sola guerra.
Una
sola bomba.
Uno
quisiera hacerse el último nudo.
¡Y
no alcanza!
|
Muchas maneras de matar
Bertold Brecht |
Hay
muchas maneras de matar.
Pueden
meterte un cuchillo en el vientre.
Quitarte
el pan.
No
curarte de una enfermedad.
Meterte
en una mala vivienda.
Empujarte
hasta el suicidio.
Torturarte
hasta la muerte por medio del trabajo.
Llevarte
a la guerra, etc...
Sólo
pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro Estado.
|
Mensaje de Juan Panadero al Congreso mundial por la paz
Rafael Alberti (Fragmento) |
Aquí
estoy. Aquí ya estamos.
No
tenemos cara. Somos
el
planeta que habitamos.
Venid.
No tenemos nombre.
Aunque
todos respondamos
a
una misma luz: el hombre. (...)
Matadnos.
Nos mataréis.
Pero
es más fuerte la vida
que
la muerte que ofrecéis.
Y
al fin correréis la suerte
de
los que matando llegan
a
darle a su vida muerte. (...)
¿Queréis
la guerra? No iremos.
Con
la paz entre las manos
por
arma, os enterraremos
¡Paz
al mundo! Corazones arrebatados y unidos
de
millones y millones.
Paz
para toda la gente.
Se
abran y cierren los ojos
del
día tranquilamente. Paz en todos los hogares.
Paz
en la tierra, en los [cielos,
|
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